Volver a mi tierra me ha proporcionado está cercanía con la familia.
El volver a recordar insignificancias que fueron importantes y que había olvidado. Como la musicalidad de este habla, las risas y las constantes bromas del día a día, que disfrazan la dureza de esta tierra y la constante lucha de sus gentes.
Compartir tiempo con los míos me ha servido para recordarlos, como eran y como creía que eran .
Sus cuitas y sus normalidades. Para mí extrañas y cercanas a la vez.
Cada uno hemos derivado nuestras existencias de forma distinta, curioso cuando parecíamos uno. Y ahora,cada quien observa la vida desde pepectivas sino opuestas si muy distintas.
Aún nos une el amor de familia, las vivencias, muchas muy duras, y una especie de halo que a veces nos hace ser menos indulgentes entre nosotros que lo que seríamos con los demás.
Los observo, y contemplo a la vez a esos niños y a estos adultos, desconocidos a ratos. Con ideas extrañas, de las que quizás yo conocí las semillas.
Mi gesto de debe asemejar al de los búhos…que observan mucho y no dicen nada.
Busco a los unos en los otros, a los hijos en los padres, la historia en los siguientes.
Su formas, sus respuestas, sus historias deberían encajar en las mías, y sin embargo somos solo un bonito puzzle de colores..
Amplian mi visión, y alegran mi corazón..quizás esperaba respuestas fuera.